Alguna vez se han preguntado ¿Cuándo mi hijo, mi hija, va a madurar y de una vez por todas ser más responsable?
No me respondan.
Seguro que sí.
La madurez es un proceso gradual que ocurre a lo largo de los años y que puede tener un gran impacto en la vida de nuestros hijos y en sus relaciones con los demás. Cuándo y cómo llega, pueden ser interrogantes difíciles de responder, porque cada ser es distinto a otro, y muchas veces su madurez podrá estar estrechamente relacionada con su personalidad, con su entorno, las experiencias vividas durante la infancia y múltiples factores tanto sociales como emocionales.
Sin embargo, como padres, familiares, representantes y cuidadores, podemos contribuir a que nuestros hijos sean cada vez más independientes y responsables. Y ese es el propósito de esta entrada.
Recuerda que todos los jueves en el programa Espacio Abierto de Marcelino Hernández, en Xanadú Radio Tenerife, dedico un espacio para darte herramientas de crecimiento personal para niños y jóvenes. Aquí podrás leer el episodio transmitido durante el programa.
Pero si prefieres escucharlo, lo tienes en mi canal de Youtube:
Y antes de hablar sobre la madurez en los jóvenes, es importante entender qué es la madurez en sí misma.
La madurez es un estado de desarrollo personal que se caracteriza por la capacidad de tomar decisiones responsables, la habilidad para enfrentar y resolver problemas de manera efectiva, la capacidad para establecer relaciones interpersonales saludables y equilibradas, para controlar las emociones y pensamientos, y reconocer y aceptar las propias limitaciones y responsabilidades.
En general, la madurez implica un alto nivel de autoconocimiento, autodisciplina y capacidad para asumir responsabilidades y tomar decisiones que beneficien a uno mismo y a los demás. También implica la capacidad de aprender de las experiencias pasadas y utilizar ese aprendizaje para tomar decisiones más sabias en el futuro.
Es importante destacar que la madurez no es algo que se alcanza de manera repentina o automática, sino que es un proceso gradual que implica aprendizaje, crecimiento y desarrollo personal a lo largo del tiempo. Además, no es un estado estático, sino que puede seguir evolucionando y desarrollándose a lo largo de toda la vida.
Podemos entonces preguntarnos… ¿De qué depende de que un niño/niña sea más maduro que otro?
La madurez depende de una combinación de factores, incluyendo factores biológicos, psicológicos y sociales.
En cuanto a los factores biológicos, la madurez puede estar influenciada por la genética y el desarrollo cerebral, hormonal y físico. Por ejemplo, la madurez sexual en los adolescentes está influenciada por la pubertad y los cambios hormonales asociados con ella.
Los factores psicológicos también son importantes. La madurez emocional y cognitiva, por ejemplo, se desarrolla a través de la experiencia, la educación y el aprendizaje, y puede estar influenciada por la personalidad y las habilidades individuales.
Además, la madurez está influenciada por factores sociales, como el entorno en el que se crece y se desarrolla la persona, incluyendo la familia, la cultura, la educación, las experiencias de vida y la interacción con los demás.
Es importante destacar que la madurez no es un proceso único o uniforme, sino que se desarrolla de manera diferente en cada persona y puede ser influenciada por factores individuales y contextuales únicos.
Manejar la madurez en los jóvenes puede ser un desafío para los padres y los cuidadores. Es importante recordar que cada joven es único y que su proceso de madurez puede ser diferente al de otros jóvenes. Sin embargo, hay algunas cosas que los padres y los cuidadores pueden hacer para ayudar a los jóvenes ser más responsables. Algunas estrategias pueden ser:
- Fomentar la independencia y la responsabilidad: animarlos a tomar decisiones por sí mismos y a asumir la responsabilidad de sus acciones. Incluso desde edades tempranas. Los niños según su edad pueden ir realizando tareas por sí mismos… relacionadas con el hogar, con su aseo personal, y con las actividades y rutinas cotidianas.
Viene muy bien asignarles responsabilidades únicas dentro del hogar, por ejemplo, el cuidado de las mascotas, la limpieza de su habitación… que sientan que su aporte es valioso y fundamental para que la armonía fluya dentro de casa.
- Proporcionar modelos a seguir, invitándolos a ver documentales o leer libros o historias de personas adultas que hayan desarrollado habilidades sociales, emocionales y cognitivas maduras y responsables, y que gracias a esos comportamientos han logrado cosas increíbles.
- Establecer límites claros y coherentes para ayudarlos a desarrollar una comprensión clara de las expectativas y las consecuencias de sus acciones. Es decir, que ellos tengan claro qué esperamos de su comportamiento y las consecuencias de que ellos no obren en sintonía con lo esperado.
- Fomentar la resolución de problema y enseñarles habilidades para la resolución de conflictos y la toma de decisiones, tales como, la escucha activa, fomentar la empatía, el respeto y la cooperación. Enaseñarles a comunicarse de forma asertiva que también les permitirá establecer relaciones interpersonales saludables y equilibradas.
- Fomentar la comunicación abierta y honesta, escuchándolos, apoyándolos… Brindando un ambiente seguro y libre de juicios donde se sientan libres de expresar sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones.
Y por supuesto, ayudarles a crecer con una buena autoestima y confianza en sí mismos. Si necesitan más apoyo con estos temas, recuerden que siempre pueden contar con la ayuda de un profesional, sin embargo, les invito a escuchar otro episodio del programa que fue emitido en días pasados. Se llama cómo superar el vació existencial en la juventud, y está colgado en mi canal de youtube, así podrán escuchar tips de cómo superar la baja autoestima e incrementar la confianza de nuestros chicos y chicas.
Hasta ahora, hemos conversado acerca de qué es la madurez y de algunas estrategias que pueden ayudar a que nuestros hijos sean más maduros y responsables. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada joven es único y puede requerir enfoques personalizados y adaptados a sus necesidades y habilidades individuales.
Es de suma importancia proporcionarles oportunidades de aprendizaje, que vivan nuevas experiencias y desafíos, que viajen, que conozcan personas de diferentes costumbres y culturas, que les ayude a tener una visión más amplia del mundo. Pues si los mantenemos dentro de nuestra propia burbuja, nunca sabrán cómo enfrentarse a la vida. Como padres y familiares no podremos jamás evitar que tengan problemas en el futuro, y los tendrán, y no estaremos allí con ellos siempre para ayudarles. Por eso, cuanto más independientes y resolutivos sean, mejor. Dejemos de hacer las cosas que pueden realizar por ellos mismos, dejemos de evitarles disgustos, y démosles libertad para tomar sus propias decisiones. Aunque se equivoquen.
Como padres puede ser un acto difícil, pero debemos aprender a ser observadores y facilitadores de su desarrollo, sin juzgar ni limitar su libertad.
Recordemos que la madurez es un proceso importante en la vida de los jóvenes y que puede tener un gran impacto en su futuro. Si bien es un proceso que puede ser diferente para cada joven, es importante que brindemos el suficiente apoyo apoyo emocional, fomentemos su independencia y proporcionemos oportunidades de aprendizaje para ayudarles a ser más responsables y conscientes.