«Cuando por fin me siento a descansar, me siento culpable…» (caso real).

Hace poco una madre me escribió esto:

«Audrey, estoy agotada. Siento que siempre tengo que estar resolviendo algo, pensando en lo siguiente, organizando, cuidando, previniendo… Y cuando por fin me siento a descansar, me siento culpable.«

Fue tan aleccionador que sentí que era como un espejo para mí. Reflexioné y decidí escribir esta newsletter, desde mi propia experiencia personal y conectando con ese sentimiento que muchos y muchas compartimos en esta época. Cuando por fin estamos de vacaciones.

Nuestro agotamiento no viene del exceso de cosas que hacemos, sino del exceso de energía masculina que derrochamos sin equilibrio.

Porque todos —sí, todos— tenemos dentro de nosotros dos energías esenciales: la masculina y la femenina.

No tienen que ver con el género. Tienen que ver con cómo vivimos. Es el YIN y el YANG que deben estar en equilibrio.

🜁 La energía masculina nos impulsa a actuar, planificar, decidir.
🌙 La energía femenina nos invita a sentir, intuir, descansar, conectar.

Ambas son necesarias. Pero cuando vivimos únicamente desde la exigencia del hacer, algo dentro se rompe. Nos desconectamos de nuestro verdadero propósito.

Pregúntate: ¿por qué haces lo que haces?

Y muchas veces, las madres (más aún si somos sensibles, introspectivas, buscadoras…) hemos sido entrenadas para vivir desde lo masculino:
✔ Resolver
✔ Organizar
✔ Contener
✔ Sostener
✔ Lograr

¿Y qué pasa con la parte que siente, crea, fluye y se permite simplemente ser?

💡 Este mes quiero invitarte a que reconcilies esas dos fuerzas dentro de ti.


Que te mires con compasión cuando estás en piloto automático.
Que te abraces cuando no puedes más.
Y que recuerdes esto:

Descansar no es rendirse. Es volver a conectar con lo simple: la energía basal del equilibrio.

Por eso quiero dejarte 3 claves para armonizar lo masculino y lo femenino en tí:

1. Escucha tu cuerpo: el cuerpo siempre sabe cuándo necesita parar. Cuando necesita cambiar de hábitos. Se manifiesta cuando algo en tu interior está resentido.

2. Haz pausas conscientes: aunque sea cinco minutos al día, respira, no resuelvas. Déjalo fluir y confía. Y aprovecha ese espacio para hacer consciencia sobre la razón que te motiva a actuar. Te sorprenderá cómo cambia tu actitud.

3. Realiza esas actividades que te reconectan con la energía femenina dentro de tí: puede se simplemente dormir más, leer, bailar, dar paseos por la naturaleza, hacer yoga o meditación, tocar un instrumento musical, escribir un diario, quedar con ese amigo o amiga que hace tiempo que no ves y practicar la escucha activa desde el corazón. Haz ya una lista de las que conectan contigo.

Espero que esta pequeña reflexión te sirva.

Yo estoy disfrutando de esta reconexión, y aunque tengo que reconocer que al principio me sentí muy culpable, ahora estoy entendiendo que puedo seguir siendo eficiente y orientada al logro, pero desde el amor y no desde la exigencia, equilibrando ambas energías dentro de mí.

Cuéntame si te ha pasado algo similar y comparte esta newsletter con quien creas que puede estar sintiendo lo mismo.

Te abrazo infinito,

Audrey

Comparte esta entrada del blog:

Facebook
Twitter

Deja un comentario

Más publicaciones del blog

Verificado por MonsterInsights