Hace unos días visité una escuela de primaria para conmemorar el Día del Libro y tuve la oportunidad de conversar con niños y niñas de quinto y sexto curso, es decir, con edades que van desde los 10 hasta los 12 años.
Preparar la charla era un auténtico reto. Me preguntaba cómo capturar la atención de pequeños terroristas adictos a la tecnología. O eso pensaba yo. Porque, salvo contadas excepciones, te venden la moto de que los niños ya no leen.
Y no vamos a negar que las pantallas están mermando los encuentros con la literatura; los móviles con sus redes sociales, los videojuegos con sus partidas on line y para de contar… se llevan el primer premio en lo que a ocio se refiere.
Pero cuando hablas con niños de estas edades, te sorprendes de los conscientes que son en cuanto a los beneficios de la lectura y de cómo las pantallas, aunque les gustan, no son buenas para su desarrollo. Ellos lo saben.
Entonces me llevé una gran alegría cuando vi que la mayoría de los niños está ávidos por despertar su creatividad e imaginación; se sienten atraídos por las historias de aventuras, personajes asombrosos y leen más de lo que yo me imaginaba. Les encantó la nueva versión del booktrailer de Crónicas Cuánticas… Puedes verlo aquí.
Así que me puse las botas y hasta les expliqué cómo la lectura es capaz de entrenar nuestro cerebro para el éxito.
Sí, sí.
Cuando leemos favorecemos los procesos neurológicos que desarrollan la concentración y la memoria. Y el éxito se consigue cuando logras enfocar tu atención y tu energía en una sola cosa, por tiempo prolongado.
Es decir, el éxito es cuestión de atención, disciplina y perseverancia.
Y fliparon cuando les dije que Nadal entrena de 4 a 6 h diarias, lo mismo o más, que cualquier jugador de fútbol profesional. Imagina si las 2,5 h de media que pasan los niños de esa edad en pantallas no escolares, las dedicaran a tocar el piano o a entrenar el fútbol, estaríamos llenos de Mozarts y Messis por todos lados.
¿Entonces por qué se hacen adictos a las pantallas?
Será por múltiples razones y dependerá de cada experiencia individual, pero sin duda, porque es más fácil.
Hasta para nosotros los padres y madres, nos cuesta menos supervisar el tiempo de ocio digital y hasta recurrimos a ello «para que el niño no se aburra».
Pero la tragedia de la atención cortoplacista, esa que está desatando la pandemia digital, solo conduce a que seamos cada vez más incapaces de sostener nuestra atención, por un tiempo prolongado, en una sola cosa. Ya no somos capaces de ver un video de 3 minutos; los reels, mientras más cortos, mejor.
Por tanto, estamos educando a nuestros niños para abandonar a la primera necesidad de esfuerzo, y a creer que todo lo consiguen con un click.
Y no se trata de suprimir las pantallas, es imposible en esta era… donde también es necesario que desarrollen otro tipo de competencias digitales, que serán imprescindibles para su futuro. Las cosas como son.
Pero si equilibramos el tiempo de ocio digital con otras actividades que mejoren su atención y concentración, estaremos entrenando su cerebro para la perseverancia.
Imaginen si J. K. Rowling, la escritora de Harry Potter, se hubiese dado por vencida cuando recibió la negativa de 8 editoriales… No rendirse es el secreto, para casi, cualquier cosa.
Así que no te rindas, si a tu peque le cuesta…
Porque los niños y las niñas sí leen… Sí quieren leer. Ofréceles temas de su interés, limita las pantallitas y predica con el ejemplo.
Nunca es tarde.
Recuerda que el fundador de KFC abrió su primera tienda con 62 años.
Te abrazo infinito,
Audrey